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El cáncer es una enfermedad que llega y arrasa con todo. De pronto te ves bloqueado ante el miedo, el dolor y la desesperación. Esta enfermedad es lo más parecido a una montaña rusa, un día te encuentras en la cima, al recibir una buena noticia, y de pronto estás cayendo sin frenos.

 

A mi hermana le diagnosticaron un “Sarcoma de Ewing” en 2017, y desde ese momento pasé todos los días en el Hospital. He vivido el cáncer infantil muy de cerca, he hablado con muchas familias, doctores, he conocido muchos niños que afortunadamente se han curado. Pero también he conocido muchos otros que no han conseguido sobrevivir a esta enfermedad, entre ellos mi hermana María.

 

 

Esta dura experiencia me ha dado los conocimientos y herramientas para conocer las necesidades de los niños que padecen esta enfermedad y las de sus familias.  Y, sobre todo, me ha dado las ganas y la fuerza para dedicarle todo mi tiempo a este proyecto que me ilusiona y me emociona.

 

En los últimos días que me quedaban junto a ella, intercambiamos miles de palabras, y en una de las frases me dijo: “Tata, te toca seguir a ti”, pues ella pedía investigación para su enfermedad, así lo hizo en el programa JUNTOS de Telemadrid y en alguna ocasión lideró proyectos para recaudar dinero.

 

María llamó a las puertas del cielo el 30 de octubre del 2020, el dolor y la rabia que sentía eran tan grandes que decidí encauzarlo en crear la Fundación Siempre Fuertes y escribir un libro, el cual podéis encontrar en el apartado “Tienda” de la página web, este libro está escrito entre María y yo, pues era uno de los muchos deseos que ella tenía.Y desde aquel día es la ilusión con la que me levanto cada mañana para poder seguir afrontando la vida sin mi hermana. Mis familiares y amigos me decían:

 

 

 

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“Lucía, va a ser muy duro después de lo que has vivido que quieras dedicar tu vida a esta enfermedad”.

 

“Más duro es que sigan sufriendo miles de niños cada año por el cáncer”.

Respondí.

 

 

 

 

Ojalá nunca me hubiese visto en la necesidad de crear esta Fundación, porque el cáncer no existiese. Pero mientras esté aquí, a nuestro alrededor,

acechando a niños y jóvenes que aún no saben que la padecerán, seguiré recaudando fondos para la investigación y espero que algún día la experiencia que me ha tocado vivir sirva para salvar a muchos de ellos.

 

Os animo a que forméis parte del ejército de María, y recorramos juntos la senda que nos lleve al camino de la curación, porque juntos somos más fuertes, Siempre Fuertes.

 

Lucía Sánchez

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